EDUARD SEVERINO
15 de mayo 2009
Si bien es cierto que el drama
existencial se encuentra presente en la obra de Eduard Severino (Sabana de la
Mar, 1978), lo que más le inquieta en su producción artística es el
comportamiento de la materia para generar un nuevo orden estético y, de esa
manera, construir una estrategia pictórica basada en el caos, el desorden y la
gestualidad del trazo. Conjugar distintos materiales, orgánicos e inorgánicos,
añadidos al lienzo mediante diferentes y elaborados sistemas, le ha servido
para alcanzar nuevas posibilidades expresivas a fin de establecer un espacio
libre y abierto, resignificando algunos iconos de la modernidad artística y
elementos del mundo del diseño. En su conjunto, la obra de este joven artista
refleja una constante preocupación por explorar, investigar y experimentar con
materiales y objetos diversos, pero sin circunscribirse a una técnica en
particular.
Severino, pintor, escultor,
dibujante, ilustrador, diseñador, nació y vivió parte de su adolescencia en
Sabana de la Mar, zona costera de gran verdor. Allí alcanzó sus primeros
contactos con el arte, su papá era artesano y un tío suyo se dedicaba a pintar
letreros. Una actividad que Severino comenzó a ejercer a la edad de 12 años y
que continuó a su llegada a Santo Domingo. En esta ciudad inicia sus estudios
formales en la Escuela Nacional de Bellas Artes (1996-1999), y de paso entra en
contacto con destacados artistas y sus obras. Cabe destacar sus constantes
visitas al taller de su prima, la pintora Luz Severino.
Al no estar de acuerdo con las
imposiciones academicistas, ajenas a sus intereses, decide abandonar la escuela
para incursionar en otras manifestaciones relacionadas con las vanguardias. No
obstante, es bueno resaltar que Severino toma algunos momentos para dibujar y
pintar obras figurativas, ?como una manera de reivindicarse con la forma-, que
por su factura se acercan bastante al realismo clásico; ellas demuestran un
gran dominio del dibujo y del color. A pesar de su juventud, Severino ha
apostado por la pintura, desafiando una época marcada por la proliferación de
las imágenes digitales, el videoarte, la fotografía, la performance, la
instalación, la publicidad y el espacio virtual. De su parte, esto implica no
aceptar la idea sobre el suicidio y muerte de la mis ma. Un discurso que se inicia con la invención de la fotografía en el
siglo XIX, siendo Paul Delaroche el primero en producir la primera acta de
defunción, cuando dijo: “Desde hoy la pintura ha muerto” Este duelo fúnebre,
aunque en un sentido más amplio, es decir, no solo dentro del ámbito de lo
pictórico sino que ha abarcado al arte en todas sus dimensiones, ha sido
expresado durante más de un siglo por reputados teóricos e historiadores. Entre
los más contemporáneos podemos hacer mención del alemán Hans Belting y del
estadounidense Arthur Danto, quienes publicaron casi paralelamente, -pero
ignorando cada cual el trabajo del otro-, dos textos acerca del “fin del arte”
Ambos se fundamentan en la propia teoría de Hegel sobre la “muerte del arte”
que corresponde a las inquietudes estéticas de la primera mitad del siglo XIX,
destacando la manera en que Hegel se remite al arte como cosa del pasado. Al
respecto Raúl Zamudio ha dicho que “la trayectoria histórica de la pintura,
desde la mimesis, culminando con la desintegración ontológica en abstracción
pura, la ligó a su supuesto fallecimiento”1.
En defensa de la pintura, el
crítico de arte Ricardo Pau-Llosa ha señalado que: “Como arte, como lenguaje
eterno de lo que no puede articularse de otra forma, la pintura no se rinde
ante el agotamiento de una de sus infinitas vertientes. Cuando no quedó nada más que reducir de la
imagen, cuando ya no quedaba referencia, ni abstracción, ni soporte siquiera,
no murió la pintura. Solo murió la aventura estética de la reducción”2.
Graphibachiart es una
invitación a la revalorización de la pintura. Es también un reencuentro entre
el arte pictórico y los espacios expositivos del Centro Cultural de España,
pues en los últimos años la fotografía, el videoarte, la performance y la
instalación, se adueñaron prácticamente de este viejo y emblemático edificio. Y
qué bueno que este reencuentro ha sido de la mano de un artista joven que ha
logrado establecer una relación fraternal entre su obra y la historia del arte,
sugerida en la utilización de los recursos plásticos de múltiples tendencias
que se desarrollaron bajo el epígrafe del “informalismo” Pintura matérica, pintura
de acción, tachismo; otras de las tendencias que se pueden percibir son el Pop
Art, el apropiacionismo y el graffiti, así como el uso de las
técnicas fotográficas y serigráficas. Los referentes inmediatos están asociados
a las obras de Jackson Pollock, Antoni Tàpies, Jasper Johns, Jean-Michel
Basquiat, Robert Rauschenberg, Banksy y muchos otros artistas.
Esta fascinación hacia estas
tendencias como forma o como modelo, no responde solo a un interés por renovar
los procedimientos artísticos, sino más bien por humanizar de un modo más acentuado los elementos
morfológicos que componen su producción artística, con la finalidad de
consolidar la experiencia social y la experiencia estética como puntos de cruce
desde donde reinventar su discurso. En este sentido podemos afirmar que la obra
de Severino no ha sido concebida como fruto de la improvisación sino más bien
ha sido creada bajo un arduo trabajo de estudio e investigación. Busca que el espectador
se haga partícipe del ambiente que genera, consiga relacionar situaciones y
elementos habituales en base a nuevos conceptos no implícitos en su forma
original, y pueda asimilar una gran asociación de ideas y metáforas de gran
inspiración, creatividad y reflexión.
Chorreados, superposición de veladuras, raspados,
estarcidos, collages, dripping, etc., así como otros elementos expresivos, le
han permitido construir un lenguaje visual que suscita a la vez varios
interrogantes. Su obra supone una ruptura de los cánones de representación
pictórica tradicionales, con la introducción de materiales y objetos
encontrados, combinados con el collage y otros recursos como el graffiti, el
esténcil y la serigrafía, logrando una especie de “combined paintings”3. Estos
elementos se transforman en signos subyacentes y significativos que no agotan
su efectividad. El graffiti se descontextualiza al renunciar a los soportes
comúnmente usados y se sitúa próximo a los sistemas regularizados del arte, los
que son socialmente aceptables 4, renunciando a la clandestinidad. La tela
adquiere el aspecto de un muro, rayado, estampado, ensuciado, etc. Muros que
nos resultan familiares, sobre todo cuando hemos estado en contacto con
propuestas similares en los llamados barrios populares o marginales. La
inclusión de este tipo de texto, así como la búsqueda discursiva, se produce
como consecuencia de haber asimilado estéticas urbanas y, de forma particular,
el graffiti callejero. También por la utilización y el buen manejo que posee de
la tipografía.
En torno al proceso de creación de sus obras, Severino se
apropia de imágenes preexistentes, imágenes ya concebidas para insertarlas en
un contexto diferente. En ocasiones es una apropiación consentida, como las
imágenes del fotógrafo John Gallagher, activista y trabajador social. Imágenes
de un proyecto presentado en noviembre de 2007 bajo el título “Prohibido
Pensar/Thin-king Prohibited” (2007), en el International Institute Gallery, en
Ann Arbor, Michigan; ambos artistas exploran el tema de la migración y los
derechos humanos en Latinoamérica y los Estados Unidos. La finalidad de
Severino es generar nuevas composiciones de gran riqueza creativa y lúdica
usando como método de reproducción e impresión de imágenes la serigrafía, pero
de manera artesanal. En sus obras la condición de originalidad de la imagen
desaparece para otorgarle nuevos significados, una originalidad que se
deconstruye, se desmitifica y se transgrede para demostrarnos su visión
particular del mundo.
La apropiación de imágenes es un recurso que utiliza para
efectuar una crítica hacia la sociedad, sobre todo de la sociedad de consumo; a
partir de otros elementos de la realidad cotidiana, -cajetillas de cigarrillos,
en este caso de la marca Marlboro, etiquetas de Johnnie Walker, latas de Coca
Cola-, los que re-pite sistemáticamente mediante la incorporación del collage.
Su obra es un grito en contra del daño al medio ambiente, por el respeto a los
derechos del ser humano, a la igualdad; nos advierte sobre el abuso excesivo
del tabaco y el alcohol, y sus consecuencias. Este constante acoso en contra de
ciertos productos como el alcohol le ha valido la censura. Sin embargo para él
se trata de simples imágenes, sin la intención de ofender, pero sí de educar.
Este artista está consciente de que el arte no es una
cosa estática, sino que es dinámico e inherente al espíritu del ser humano. Con
la misma intensidad de sus rasgos gestuales, sus obras comunican el placer con
que fueron ejecutadas. Una gestualidad vivificante en la que se imprime un
movimiento sorprendente, una vibración intensa a las formas lo que supone una
emancipación del trazo, que lo libera pero a la vez lo encadena solo a la
persecución delo rítmico.
En síntesis, podemos afirmar que estas obras establecen
una resistencia a la categorización. Pues ellas se han desarrollado, en sus
orígenes, en la frontera de varias tendencias, pero que gradualmente van
abriéndose y enriqueciéndose con una serie de propuestas temáticas y una
estética de una complejidad cada vez mayor para inscribirse dentro de una perspectiva
más universal. Por lo tanto, su discurso va mucho más allá del entorno
inmediato que le rodea.
Biografía
Eduard Severino nació en Sabana de la Mar, República
Dominicana en 1978.Estudió artes visuales en La Escuela Nacional de Bellas
Artes en Santo Domingo. Inspirado por la fotografía de la cotidianidad, de lo
que observa en su medio ambiente y en el mundo en general, el trata de crear
conciencia social por vía de su trabajo. Su meta es crear piezas que educan y
le hablan a su público, que cuestionan el sistema, y que son pertinentes al
ambiente (sea este social, político o físico). Está continuamente
experimentando y no se limita a una técnica en particular. Sus piezas son
creaciones visuales de texturas múltiples que incorporan collage, serigrafía,
graffiti, stenciling, entre otras. Ha participado en varias Bienales y
Colectivas. Individualmente, ha exhibido en los Estados Unidos, en La
Universidad de Michigan y Dartmouth College en New Hampshire. Recientemente ha
exhibido en Santo Domingo en MCR1 Studio, en el Centro Cultural de España y en
Art Gallery Pagés BBDO.
Referencias
- Zamudio, Raúl. (2003, Julio-septiembre) Jorge Tacla. Expandiendo el campo de la pintura. Art Nexusno. 49. pp. 492
- Pau-Llosa, Ricardo (2004) Narrativa atemporal: El Arte de Miguel Ronsino. http://www.ronsino.com.ar/MR_textos.htm3
- El término “combined painting” fue acuñado por Rauschenberg para que, según el mismo declaró, los críticos supieran definir sus obras. Este tipo de obras rompían las barreras formales entre escultura, pintura, fotografía, tecnología, performance y collage.
- La expansión del arte del graffiti y, en cierta manera, el hecho de dejar de ser exclusivamente una manifestación marginal, se produjo a raíz de que una serie de artistas desvinculados en principio del sistema mainstream, es decir, de la cadena comisario/galería/crítico, exhibieron sus obras en la exposición Times Square Show (1980)? Guasch, A. M. (2005). El arte último del siglo XX: Del posminimalismo a lo multicultural. Alianza forma, 145. Madrid: Alianza Editorial.